Del latín «essentia», término que fue usado por primera vez por Cicerón para traducir el término griego de οὐσία («ousía») que viene del participio presente activo del verbo εἰμί o «ser» (ὤν, οὖσα, ὄν, masculino, femenino y neutro respectivamente. Del neutro vendría el término «ontológico», por ejemplo). Como el participio presente activo para el verbo «ser» no existía en el latín clásico, se tomo la raiz infinita «esse» y se le adjuntó la terminación participial «-nt» y luego aquella de «-ia» para transformarlo en un sustantivo. El término «essentia» se usaría en la filosofía para definir aquello verdadero de lo falso, ya que en la filosofía clásica lo verdadero era lo que realmente es y tiene siempre validez como conocimiento. Lo falso, no es, no es real, o como dirían los platónicos, es solamente opinión o una imagen. (En la filosofía alemana se usa el término «seiend» [aquello que es] que también es una traducción de οὐσία, en oposición al término «unseiend» [aquello que no es])
La raiz indoeuropea es *es- como se puede ver en el griego εἰμί «eimí»(que antiguamente era «esmí»), el hitita «eimi», el sánscrito «asmi» y el gótico «imi» (cómo en inglés moderno «am» en «I am»).
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Esencia | Etimología de la lengua española
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